Hacia las inhallables nubes
Con la vista en el celeste profundo
Añorando ese antiguo mundo feliz
Sonó la canción del pájaro matinal
Desde las ramas altas del cedro
Recordaba el blanco paisaje marino
Los juegos de pelotas y escondidas
Las cadenas casi nunca se cortan
Hay demasiada agua en tu fuente
Y una señorita que amabas
Quedó en aquella nostálgica visión
Se fue sin avisar, sin despedir
Sin señales, sin dibujos
Hacia la isla más recóndita
Hacia las inhallables nubes
Por siempre esperaré su mensaje
(C) Daniel Oliva ~ Lunes 15 de julio de 2018 ~ 16:53 hs.
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