jueves, 5 de marzo de 2015

Microrrelato: Por una medialuna quemada


Habían pasado un muy lindo fin de semana con cine, cena, paseo por el lago y varias relaciones íntimas tanto a la noche como a la mañana, inclusive a la tarde luego de una siesta. Era lunes temprano, ambos tenían que ir a trabajar. Primero él preparó el mate y se fue a la mesa a hojear el diario. Ella preparó dos grandes medialunas con jamón y queso y las puso a tostar. Por alternar la cocina con el baño para maquillarse las descuidó y se quemaron un poco, una medialuna se quemó más que la otra. Las puso en un plato y las llevó a la mesa pensando en cual elegiría él. Sacando apenas la vista del diario de reojo miró el plato y vio las medialunas quemadas pero no dijo nada, le dijo a ella que se sirviera primero, pero ella insistió en que tomara él primero la suya. Sin pensarlo siquiera tomó la que más cerca tenía de su mano y continuó leyendo, luego le pasó el mate cebado a ella, quien tomó la suya y quedándose muy seria, con la mirada hacia abajo no habló en todo el desayuno. Él le preguntó si se sentía bien y ella le dijo que no, que estaba enojada porque él había sido muy egoísta al elegir la medialuna menos quemada y dejarle a ella la peor de las dos. Él se quedó sorprendido ante tal reclamo, que consideraba completamente injusto ya que no había hecho tal elección y mucho menos con la intención de perjudicarla, ya que siempre la había considerado la mujer de su vida y la amaba mucho, no pensaba dejarla por nada del mundo, y si ella se lo hubiera pedido él hubiera tomado la más quemada sin ningún problema. Con la acumulación de reclamos intrascendentes como el de la medialuna quemada la relación comenzó a degradarse en forma irreversible.

(C) Daniel Oliva ~ 05 marzo 2015 ~ 17 hs.

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