“Si no se sabe a qué puerto se quiere navegar, ningún viento es favorable".
Seneca (4 AC-65 DC), filósofo romano.
Inspirado en esta frase surgió el siguiente poema:
Y la nave va
Y la nave va
Sin rumbo, sin viento, sin horizonte
Y la nave fue y vino
Y volvió a partir
Sin destino, sin nubes, sin estrellas
Llegó y volvió
para nunca más partir
El destino la alcanzó
con la lluvia floreció
bajo el sol del verano
El horizonte se veía lejano
hasta que el tiempo lo acercó
(C) Daniel Oliva ~ Domingo 23 Ene 2011 ~ 02:45 hs
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